Así estaba yo ayer por la mañana en mi casa. Se rompío la calefacción, y para evadirme de lo poco que calentaba la estufa, me puse a leer La Historiadora (Elisabeth Kostova).
En qué hora, me quedé más fría aun. Ya hacía días que venía aburriendome, llevaba leídas unas 200 págs. de 680, pero ayer fue cuando realmente vi que la novela es lo peor que he leído hasta ahora. La historia va sobre una chica que un día descubre en la biblioteca de su padre una inquietante carta, empieza a preguntar a su padre sobre el contenido de la carta y le cuenta cómo hace muchos años se vio envuelto en una investigación sobre la existencia real de Drácula. A primera vista el argumento podría estar interesante, pero la narración del libro es infumable, lenta y sin ningún tipo de interés. Ayer me leí hojas y hojas sin que pasara abosolutamente nada.
Y mientras intentaba evadirme del frío leyendo este bodrio, llegué a la conclusión de que tengo que buscar La Rayuela (Julio Cortázar), que ya toca leermelo entero, y pasar de La Historiadora. Es el segundo libro que dejo de leer a medias; el primero fue Mortal y Rosa (Umbral).

Por la tarde ya vino Super Mario y nos arregló la calefacción. Os la aseguro, el fantanero de mi pueblo es clavadito a él.